HÈROES VERDOLAGAS EN BDR

IVÀN RAMIRO CÒRDOBA

CAMPEÒN COPA INTERAMERICANA 1997



Iván Ramiro Córdoba Sepúlveda (Rionegro, Antioquia, Colombia, 11 de agosto de 1976) No es un defensa alto, pero lo compensa con un poderoso salto y una gran capacidad de anticipación.

En su actual club, el Inter de Milán, es el segundo capitán en reemplazo del capitán titular, el argentino Javier Zanetti.

Reconocido por haber rechazado en repetidas ocasiones de fichar con el Real Madrid, debido al temor de ocupar un lugar en la suplencia, al tener por delante de él, en el caso hipotético de fichar por el equipo español, al capitán Fernando Hierro, Karanka e Iván Helguera.

La vida le cambió el día que iba a dejar el fútbol. Era el 10 de mayo de 1997. Cuatro días después tenía que presentar un examen de admisión para estudiar ingeniería forestal. Esa tarde, confirmada la cita en la Universidad de Antioquia, recibió una llamada del seleccionador Hernán Darío Gómez. Tenía que presentar el pasaporte y salir vía New York para un amistoso de la absoluta colombiana. Con el examen sin poderse realizar, Córdoba dejó de pensar por un año en los bosques y se concentró en el fútbol. Su debut con la absoluta había sido decoroso y le anunciaron que contarían con él para la Copa América. Apareció en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, como titular ante Costa Rica, en una selección que pretendía buscar un relevo generacional para los Valderrama y compañía.

El chico explotó en Bolivia. Se ganó un puesto y un dorsal que tiene leyenda en Colombia. Ser central izquierdo y portar el número 2 es recordar a Andrés Escobar, el defensor asesinado por apostadores clandestinos en 1994. En suma, toda una responsabilidad para un chico que apenas tenía 21 años. Iván Ramiro Córdoba desde pequeño se vinculó al Rionegro, club de Segunda División de Colombia. Cuatro años estuvo jugando como lateral, libre, stopper, centrocampista y hasta delantero. Tenía buen remate, y en un torneo nacional juvenil, acabó como máximo goleador.

Sin embargo, su demarcación natural parecía ser la de central izquierdo. En 1996 ascendió a Primera División fichado por el Atlético Nacional. Juan José Peláez, su técnico, le advirtió que si quería ganarse un puesto, debería correr mucho, compensando la tradicional lentitud defensiva colombiana. Córdoba se empeñó en lograrlo y en ser el mejor. Un año más tarde era la revelación del equipo. Saltaba más que cualquier otro, corría más que ninguno, suplía las deficiencias de sus compañeros y hasta corregía los errores de el alocado René Higuita. Pero Córdoba seguía pensando que el fútbol no era para siempre y que debería pensar en su futuro. De ahí lo de la ingeniería forestal antes de la sorprendente llamada a la selección.

A finales de 1997 el San Lorenzo de Almagro puso sus ojos en él. Se lo llevó con una opción de compra que tardó en hacerse válida. Córdoba no pudo jugar buena parte del Clausura 98 argentino por su presencia en la selección de Colombia, y sólo en el Apertura 98 pudo hacerse un hueco en el once titular. Con el técnico Ruggeri, Córdoba aprendió los viejos trucos del central: desplazamientos a zonas libres, anticipación a los delanteros, cubrimiento de laterales. En los entrenamientos de San Lorenzo de Almagro, Córdoba se colocaba tres metros detrás de los demás para correr en velocidad.

Al final el colombiano siempre terminaba ganando por tres metros de diferencia. Un abanico de opciones que lo convirtieron en líder del equipo y en pilar de la buena campaña de San Lorenzo en 1999. En cuestión de semanas aparecieron los intereses del técnico del Inter de Milán Marcello Lippi, intentando ver si Córdoba tenía cabida en su club del calcio italiano. Finalmente Iván Ramiro es fichado por el Inter siendo traspasado por 18 millones de dólares, enfrentándose a los mejores delanteros de Europa ganándose obviamente la titularidad en el Inter. El fútbol le dio el mayor momento de felicidad a su vida cuando anotó el gol que le dio la victoria a su selección de Colombia para ganar la Copa América ante los miles de aficionados colombianos.


EN BDR LOS HÈROES NO SE OLVIDAN...


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